miércoles, marzo 18, 2009

TAREA 5: El naúfrago Francisco Recuerda

Una vez hecho el ejercicio 6 (p. 35) del Cuaderno de ejercicios, tenemos más información para explicar lo que le sucedió a Francisco Recuerda después del naufragio.

Observa con atención las imágenes desordenadas del ejercicio 7 (p. 36) del Cuaderno de ejercicios e intenta explicar en pasado (con marcadores de tiempo adecuados) lo que le ocurrió a esta persona (mínimo 20 líneas).

Pon tu historia en el apartado de comentarios.

Recuerda que este ejercicio cuenta para la nota final.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando se había hundido el barco, Francisco Recuerda se encontró solo y perdido en el mar, flotando en un pequeño bote salvavidas. Su único compañero era una gaviota blanca, que de vez en cuando le visitaba. También era un pequeño rayo de esperanza para él, porque significaba que la tierra no debería ser tan leja. Escondido en el bote salvavidas, Francisco encontró un bloc de notas, y por eso, desde el día fatal del naufragio, escribió todos sus pensamientos dentro. No solo hacía esto para tener recuerdos de su aventura, pero tambíen para distraerse de su miseria y no volverse loco. Exhausto, Francisco dormía mucho. Soñaba de vacaciones en la nieva, porque no soportaba el calor increíble del Caribe. Un día que estaba dormiendo, se despertó de repente cuando sentí algo en su cabeza. Era la gaviota blanca que le picoteaba su pelo. Justo en el momento cuando quería ponerse de nuevo dormiendo, se dió cuento de un enorme tiburón que seguía el bote salvavidas. Apenas que Francisco entendió el peligro en que estaba, tocó el tiburón. Con sus últimas fuerzas, Francisco le combatió hasta que estaba sentido en su dorso. Ora se trataba de dirigir el tiburón hasta la isla que había localizado antes. El animal rapidamente hacía su camino por el mar hasta llegar la playa. Mientras Francisco le dió un golpe en la cabeza para matarlo, ya gente acudió de todas partes para ver lo que pasaba.

Unknown dijo...

Hacía cuatro días desde que el barco había hundido. Desde ese tiempo, Francisco estaba sentado en la balsa en alta mar. Por las mañanas, escribía en su diario expresando sus sentimientos sobre el sol insoportable, el mar infinito, sus soledad y añoranza de comer algo. A veces, pensaba que freírse de calor. Para ahorrar sus fuerzas, frecuentemente dormía por las tardes y sonaba con los vacaciones pasados de esquí en las montañas de Suiza. “Qué frío” pensaba él.
Al día cuatro, apenas Francisco abrió el diario para escribir una nueva entrada, una gaviota apareció acerca de la balsa. En su desesperación, se alegró demasiado de ver una gaviota. Era el único ser vivo que Francisco había visto desde el naufragio.
Ya hacía dos días que la gaviota le acompañaba en la balsa. Una vez la gaviota le dejó claro que estaban corriendo la misma suerte.
El otro día mientras Francisco se echaba la siesta, un tiburón enorme apareció detrás de la balsa. Ni Francisco ni la gaviota estaban atentos en esa ocasión. Tan pronto como el tiburón enfocó la gaviota, saltó del mar y intentó atraparla. Cuando finalmente la atrapó y devoró, ya se había tumbado la balsa. En ese momento, Francisco tuvo demasiado miedo y pensó que él habría corrido el mismo riesgo. Justo cuando el tiburón se le aproximó, Francisco saltó por su espalda y se aferró a la aleta con desesperación. El tiburón se puso en marcha.
Francisco pensaba que la situación estaba inútil hasta que viera una isla a lo lejos. Hacían siete días que él no había tenido esperanza pero en aquel momento se esperanzó de nuevo. De pronto, intentó ‘maniobrar’ el tiburón con su aleta hacia la isla. Francisco estaba muy feliz cuando se aproximaron la isla porque vio que era ocupada. Lleno de alegría, llegó a la isla arrastrado el tiburón. La gente parecía muy enfadada y no acogían bien al náufrago. De hecho, era un club de protectores de animales que hizo una excursión a la isla para salvar los tiburones en esta región. De golpe, un protector de animales intentó atacarle porque Francisco había destruido la libertad del mar y la vida del tiburón. Francisco estaba desconcertado y no podía comprender la reacción ruda. Mientras una otra persona le atacaba, pensó que la amenaza por el club en la isla era mayor en realidad que la amenaza por el tiburón en alta mar.

Anónimo dijo...

Cuando termino de escribir el relato que acabamos de leer, Francisco estaba muy cansado. Además, el sol estaba muy caliente y el mar muy tranquilo y entonces se puso a dormir, roncando con el ritmo del mar. Cuando estaba en un sueño profundo, Francisco empezó a soñar de sus vacaciones favoritas que eran estas de ivierno en las montañas donde hacia esquí. Le encantaba esquiar pero lo mejor era la ducha caliente después de un día en la nieve. Su sueño parecía tan real que de hecho creía que estaba duchándose. Pero de pronto se despierto, y realizo que una gaviota se había posado sobre su cabeza y que cruelmente había orinado dejando Francisco mojado. Sin embargo, el naufrago tenia problemas mas grandes puesto que un tiburón se había acercado muy cerca de su balsa. Pero no todo estaba mala noticias, porque Francisco se acuerdo que gaviotas deben vivir cerca de tierra y asimismo ya había visto este gaviota el día del naufragio cuando no era tan lejos de la costa.
De repente, el tiburón ataco la balsa. Por lo menos francisco pienso que el animal ataco su balso aunque solamente quisiera jugar. Francisco cayó al mar y empezó a ahogarse porque no tenia fuerza para nadar. El tiburón juegetón, habiendo visto lo que hizo se fue a salvar Francisco que se puso sobre el lomo del pez, enganchándose a su aleta. A cuanto, empezó a desperar encontrar tierra, vio una isla a la vista y entonces dirigió el tiburón en este dirección. Finalmente, después de unas largas minutas, los dos llegaron a la isla. Sin embargo el tiburón estaba cansadísimo por traer Francisco y no habría podido nadar mas, entonces Francisco la saco del mar para traer lo al medico y salvarlo. Pero cuando pregunto socorro a los turistas sobre la playa, ellos tuvieron el miedo de sus vidas porque como la mayoridad de los humanos pensaron que tiburones son muy peligrosos para ellos. Con suerte, Francisco encuentro un veterinario muy pronto, y salvaron el animal. Desde que Francisco ha tenido este naufragio y rescate increíble, viaja por todo los continentes con su tiburón, defendiendo los derechos de este precioso animal, rey de los peses.
Stefan
Askew

Anónimo dijo...

Hace cinco días que Francico Recuerda naufragió y se escapó en una balsa. Inicialmente, era muy feliz de haber sobrevivido y atendió paciente a un barcó de la policía costera. Pero al cabo de cuatro días, estaba perdiendo su esperanza. Escribió su hístoria en su diario para que sepa la gente lo que le ocurió en caso que se muriera. Sus unicos compañeros eran una gaviota que estaba circulando arriba de su cabeza y un tiburón seguiendole a cada paso. Como esa compañía le alborotó, se agochó al centro de la balsa y quedó así sin moverse. El frío por las noches, el hambre, y la sed debilitaron a sus nervios. Después de cuatro días, perdió su energía y se durmió. Su mente escapó la situación miserable, soñando con una vacación de ski. Después de dormirse, la gaviota se sentó encima su cabeza y el tiburón se acercó. De repente, el tiburón saltó del agua y intentó de comer la gaviota. Francisco Recuerda se cayó al agua y su balsa zozobró. Con un nuevo empuje de energía, Francisco se colgó a la aleta dorsal del tiburón. Asustado, el animal intentó de escapar nadando rapido. Pero Francisco no se dejó sacudir y, al cabo de un tiempo, vió a una ísla. Tirando la aleta del tiburón, el conseguió a dirigirlo hasta la ísla. Cuando estaba cerca de la ísla, dirigió el tiburón contra una roca. El animal se desplomó y Francesco le tiró a la playa. Cuando la gente le ví, estaba muy sorprendida. En el momento en que Francisco Recuerda llegó a la playa, se cayó de fatiga y llevo dos días dormiendo. Cuando se despertó en el hospital, su cama estaba llena de gente y tenía que explicarles lo que le había pasado. Después de endender su historia, le festejaban como héroe y desde aquel momento, lo llamaban “el jinete de tiburones”.

Anónimo dijo...

Después de había sido sorprendido por un náufrago y ya llevó cuatro días al mar sin comer ni beber, Francisco notó en su diario que no podía más soportar el sol fuerte y el calor del Caribe, y que sólo quería sobrevivir para poder contar la historia del náufragio a sus nietos. Más tarde, Francisco estaba sonando con su últimas vacaciones de esquí, cuando de repente, apareció un ave, que le asustó mucho, porque hace algunos días que no ha visto ni un alma. Pero con el ave, llegó la esperanza, porque donde hay aves, hay tierra, estaba pensando Francisco. Entonces, trataba de atraer el ave con su dedo de pie, para por lo menos no estar tan sólo. Quizas el ave podría decirle donde está la tierra y como puede llegar allí. En verdad, el ave se fijó en la cabeza de Francisco y le dijó en la oreja que la tierra no estaba tan lejos y que también sabía una posibilidad de llegar allí aún más rápido que remando. Francisco tenía que fingirse como si fuera durmiendo para atraer los tiburónes con cuya ayuda sería muy fácil llegar a la isla rápidamente, le avisó el ave. Tenían que atraer un tiburón que iba a llevarle a la isla. Y el ave le explico como...Francisco tenía mucho miedo de los tiburones, pero estaba pensando que tiene que tratar el truco que le había dicho el ave, porque si se quedaría en el barco en el medio del mar, seguramente iba a matarse de hambre, sed y calor dentro de algunos días. Así que Francisco se fingó como si fuera durmiendo con el ave en su cabeza, y un poco más tarde de verdad apareció un tiburón. Francisco no lo vió y el tiburón de repente les atacó y intentó atrapar el ave. Pero el ave estaba más rápido que el tiburón y fugó volando. Francisco se cayó al mar y se recordó de las palabras del ave: tenía que grabar la aleta del tiburón y dirigirle en dirección a la isla. Lo hizo rápidamente para que no se fue el tiburón sin el. Se sentó en la espalda del tiburón y juntos se fueron a la isla. Estaba muy agotador por el tiburón tener Francisco en su espalda y un kilometro antes de llegar el tiburón le dijó que ya no podía más. Francisco estaba muy agradecido por que el tiburon le había llevado hasta allí y también un poco más recuperado así que tomó la aleta del tiburón y le arrastró hasta la playa, donde la gente se asustó bastante cuando llegaron. Así que Francisco tenía que contar a sus nietos no solo la historia del náufragio, sino también la historia de su salvamento que estaba aún más impresionante. Ojalá que sobrevivió!